domingo, 1 de mayo de 2011

Gracias a ellos



Hace algunos meses estuve en una presentación de Sylvia Poll. Con infinita amabilidad y carisma nos contaba, a un auditorio lleno, sobre su historia deportiva. Relató cómo durante su entrenamiento para las de Olimpiada de Seúl se despertaba antes de las 4:00 am cuatro veces por semana para ir a nadar. Luego, entrenaba de lunes a viernes después de clases, y por supuesto, una sesión doble los sábados. Descansaba los domingos, y volvía a empezar la rutina cada lunes. No había primeros de enero, ni jueves o viernes santos libres.  Entrenó a este ritmo durante 6 años para nadar 2 minutos, y quedar por siempre en la historia de nuestro país.* Durante el entrenamiento sus tiempos mejoraban día con día, y ahora está totalmente convencida que “no existe camino corto ni fácil para lograr metas de largo plazo.”

Así como Sylvia, y Claudia, y Kristopher, y Nery Brenes, y Alejandro Ramírez, y Kurt Niehaus, y Leo Chacón, son muchos otros músicos, académicos y atletas quienes también tienen una historia similar hacia sus logros. De hecho, no solo aquellos que llegan a ser conocidos, si no todos los que por años se sumergen en agua fría mientras el resto duerme, todos los que se sientan frente a una partitura una y otra y otra vez mientras el resto ve televisión, los que entrenan después del trabajo en lugar de descansar, y los que se consumen en libros más allá que para pasar un examen, no como un antojo pasajero, si no con una tenacidad que sobrevive las modas. La historia detrás de estas historias de éxito es siempre la misma: esfuerzo y disciplina. 

Cuando se tiene el placer de escuchar cualquiera de nuestras Orquestas Sinfónicas, se está escuchando el fruto del esfuerzo.  Se cuenta que después de un concierto un aficionado le dijo al pianista chileno Claudio Arrau: “Daría mi vida por tocar como usted lo hace”. A lo que el solista respondió: “pues eso es justamente lo que yo he dado” - una vida entera de práctica.

Este tema no es nuevo y durante años, los estudios realizados en personas sobresalientes de varios campos demuestran, muy consistentemente, que los expertos se HACEN, y no que NACEN, por lo que sobresalir en algo es mucho más una cuestión de esfuerzo, que de genes o de suerte.  El estudio liderado por el psicólogo Anders Ericsson, y efectuado con violinistas de la Orquesta Filarmónica de Berlín, concluyó que aun al más alto nivel, donde todos los violinistas coincidían en su placer por la música, todos eran claramente talentosos y todos habían dedicado su vida al violín, aún ahí, los solistas (los mejores) eran los que habían dedicado más tiempo a estudiar y practicar. Según apunta Ericsson: ningún atleta, músico o genio científico ha conquistado el éxito sólo a base de suerte y talento. De este tipo de estudios también se deriva lo que se llama la regla de las 10.000 horas, la cual sostiene que para alcanzar el máximo rendimiento, se requiere aproximadamente esa cantidad de horas de entrenamiento - lo que no es lo mismo que hacer algo muchas veces, ¡si no hacerlo deliberadamente! Esta cantidad de horas, efectivamente, se aproxima a las cinco horas al día por seis días a la semana durante los seis años que nadó Sylvia antes de nuestra primera medalla olímpica.  ¿Quién lo hubiera dicho?

Sin embargo, a excepción del cuerpo trabajado de algunos de ellos, por lo general este grupo selecto de individuos que puede dedicarse a una pasión de forma tan enfocada y por tanto tiempo, pasan desapercibidos como normales.  Cuando en realidad tienen el súper poder de la disciplina, el empeño y la motivación. Cada uno tendrá una razón personal para dedicarse a lo que hace, pero es digno de admirarse y pienso se les debe otorgar el crédito que merecen. Siempre será más fácil dejar de lado el esfuerzo y evitarse las lesiones, el cansancio y la rutina, pero nunca se cosecharán tantos éxitos si se hace.

No se necesita tener mayor conocimiento para apreciar un deporte bien hecho,  o impresionarse escuchando el sonido que produce un instrumento tocado con maestría. Pero es fácil menospreciar que al momento en que un atleta llega al podio, o cuando un artista empieza su acto, le preceden cientos (probablemente miles) de horas de esfuerzo. 

Pienso que en un país cortoplacista, vale la pena recordar a esos que se dedican realmente a lo que aman y aprender de ellos, y por eso me pareció justo tomar un tiempo para agradecerles que mientras se entregan a su pasión, nos llenan de placer y nos enorgullecen cuando nos dejan en alto.

¡Gracias!


Alonso Muñoz
 Abril, 2011






Un poco mas sobre los que  si  menciono:


* Sylvia Poll Ahrens 

Sylvia Poll nadó 626 eventos, ganó 90 trofeos y 614 medallas, estuvo 66 veces en el ranking mundial, y en dos ocasiones fue la mejor atleta del continente.

http://www.inamu.go.cr/index.php?option=com_content&view=article&id=924:sylvia-poll-ahrens&catid=143:galeria-del-deporte&Itemid=1543





Leonardo Chacón

 

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