lunes, 12 de marzo de 2012

Cada brisa un olor




No estaba seguro si ir. Por mala comunicación en último momento me cancelaron y me daba pereza cruzar la ciudad por solo un rato, especialmente manejando solo. Lo pensé dos veces. Siempre he disfrutado de la sinfónica, y esa noche iban a ofrecer un concierto junto a otros músicos en el parque de Ciudad Colón. Ya estaba listo, ya estaba en el carro, ya había salido de mi casa... solamente seguí manejando.

 Al llegar me topé con policías desviando el tránsito, carros parqueados a ambos lado de las calles pueblerinas y personas caminando, todos hacia el parque.
Lo que en algún momento había sido una plaza polvorienta e insípida, es ahora un parque precioso con zacate, farolitos y adoquines. Con canchas para distintos deportes y bancas para descansar. En esa noche cálida y ventosa, también era un mar de parejas refugiándose del viento bajo la misma cobija, grupos de amigos, familias con niños y viejitas en sillas. Todos frente a la gran tarima que hospedaba a nuestra Sinfónica Nacional junto a Son de Tiquicia y a otros más - ¡un derroche de talento! Con total elegancia, los músicos demostraron que es posible romper barreras, conciliando aquellos instrumentos y géneros que no parecían conciliables, para deleitarnos con algo aún mejor.

Interiorizando el ambiente, mientras caminaba hacia el parque ya me sentía contento por haber ido. Estando ahí percibí una atmosfera bonita y casi familiar entre los miles de desconocidos que decidimos asistir. No solo nos hacíamos compañía, si no que nos dábamos calor escuchando un espectáculo digno de las mejores plazas del mundo.

Tan solo un par de días después de aquella noche llegaba TransitArte. Un evento en pleno San José. Empezando desde el Parque Nacional y hasta el Parque Morazán, Transitarte convirtió por un fin de semana el espacio público en un mercado y un muestrario y un festival de talento y de ideas. Ofreciendo a las conciudadanos la oportunidad de encontrarse, compartir y participar de  cientos de propuestas artísticas, literarias, recreativas y deportivas dignas de vivirse.
Entre jacarandás floreados, puestos de comida y hamacas en árboles que están ahí desde muchísimo antes que las calles que ahora los rodean, caminaban felices miles de curiosos disfrutando de su ciudad. Había lectura de cuentos para niños, juegos inflables, espectáculos, teatro callejero, puestos de información y más... todo gratis y a merced de quien llegara. Al anochecer, bañados con luces de colores y protegidos por una luna gigante y curiosa, conciertos simultáneos atendían a los miles que se quedaban.

 Según la Municipalidad, este festival buscaba enfatizar el uso del espacio público como principal motor de convivencia, seguridad y cultura. Para mí, y juzgando por los comentarios y las sonrisas de los transeúntes, lograron el objetivo con creces.

Y al final la noche queda vacía...

Al igual que después del concierto en Ciudad Colón, después de Transitarte me acosté con sonrisa. No sé de qué exactamente, los espectáculos habían valido la pena, pero realmente era más que eso...
 
Supongo que al igual que cuando los carros se hacen a un lado para dar paso a una ambulancia, o cuando miles de voces corean al unísono en un concierto; ninguno de estos eventos tendría sentido de ser en solitario. Los miles de extraños con quienes compartimos la ciudad, son los que la hacen realidad.
 
El éxito de estos eventos es muestra de una solidaridad que yace a flor de piel en cualquier ciudad en la que valga la pena vivir. Aunque los periódicos no lo reporten, no todo lo que hay ahí afuera es malo ni feo. Cuando apagamos la tele y salimos de nuestras casas y simplemente compartimos, esta solidaridad sale a la superficie en forma de un coro conjunto, sonrisas de extraños, una ola en un estadio o aplausos en una plaza pública, y se siente bien, y nos da orgullo de ser costarricenses.

  
Espero usted haya tenido la oportunidad de ir a alguno de estos eventos, se los recomiendo si no lo hizo. Pronto viene el FIA, el cual siempre ha sido un éxito. Vaya, y déjese sentir esa satisfacción de la cual estoy hablando. Pienso, que además del placer de disfrutar de estos eventos, también vale la pena convivir un poco con todos esos que junto a usted, forman el futuro de lo que nos rodea.

Como dijo Marta Fonseca: San José necesita esto. El país también.
 

Alonso Muñoz
-  Marzo, 2012



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5 comentarios:

  1. Muy lindo el articulo! Tambien recomiento muchisimo asistir los sabado a Enamorate de tu Ciudad. Hay muchisimas actividades culturales para todas las personas y es lindisimo ser parte de esta cultura. Un abrazo alonsito!
    atte: nane

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  2. tenes q ir a una sesion de cuentacuentos. es algo chivisima tambien :)

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  3. Hola Alonso..
    Me diste por mi lado... yo siento eso que decís siempre, esa sonrisa con la que te acostás y esa solidaridad y felicidad... y me conmuevo tanto que a veces en esas actividades, se me ponen los ojos llorosos de gozo, ¡al verme rodeada de tanta gente talentosa, trabajadora y artista! y de feria GRATIS... que emoción me da... y ahoa con mi hija, mucho más, porque al ver sus ojitos curiosos ver todo con atención, al ver cuánto se maravilla con los payasos, malabaristas y cuenta cuentos, los cuales le causan emociones que nunca ha logrado el "discovery kids" con todo y su buena programación...
    Un abrazo, Vero.

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  4. me gustó mucho el artículo porque apunta hacia la buena direccion en materia de convivencia. esta es una manera de vivir y concebir la ciudad. hay otra que consiste en encerrarse frente al televisor y encender alarmas y camaras. una cosa nos falta: un programa robusto de equidad para que el mundo productivo tenga tambien las caracteristicas del mundo del arte

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  5. Hola Alonso.

    Muy cierto, inevitablemente todos nos unimos en actividades como éstas. Yo casi siempre procuro participar en ellas. Éste año, solamente pude asistir al FIA, el cual estuvo muy bien organizado. Es lindo sentir que formamos parte de algo y que en nuestro país hay mucho talento. Te critico solamente una cosa: ''si no que nos dábamos calor escuchando un espectáculo digno de las mejores plazas del mundo.'' Me parece que comparaciones como éstas no son necesarias. Hace mucho tiempo estamos conscientes de que en Costa Rica hay talento, no solamente a la altura de otros países sino que hasta mejor. Mi punto es que evites el error que cometemos todos: Ponernos por debajo de los ''países desarrollados''. Podemos no tener las plazas, pero si los talentos!!!

    Saludos, Sofía.

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