Es tarde, he pasado bostezando todo el día y ahora no puedo dormir. El sonido generalmente arrullador de la lluvia, hoy no me adormece, en cambio me desvelo pensando. Me faltan unas pocas semanas para cambiar de década y no lo puedo sacar de mi mente - ya estoy grande, pienso. Probablemente alguien de colegio pensaría que estoy viejo, seguramente un octogenario pensaría que apenas empiezo la vida, pero la verdad es que en unas pocas décadas mucho puede pasar. Hace algunos años Costa Rica era completamente distinta y yo era un niño. Con toda confianza se puede suponer que dentro de algunos años más también todo será distinto y yo, espero, seré viejo. Por ahora, así como soy pleno autor de mi vida, cada día también soy protagonista en el acontecer nacional.
Yo, junto a todos los que ahora nos consideramos adultos jóvenes, poco a poco vamos tomando las riendas del destino de nuestro país. Cansados de un sistema que dejó de servir, tenemos una perspectiva distinta. Hasta ahora nuestra participación se había limitado a manifestaciones e ideales, pero estamos entrando en esa etapa en que nos toca decidir mientas ocupamos cargos públicos, trabajamos en empresas y educamos a los más jóvenes. Tenemos una responsabilidad ineludible con nosotros mismos y con los que nos seguirán en el futuro. Finalmente, queramos o no, nos toca a nosotros tomar las decisiones, y en unos años la sociedad será quien nos juzgue.
Por supuesto que no empezamos desde cero, ni si quiera hay una división tangible en este “relevo” de poder, pero el cambio generacional es evidente. Estamos atados a pagar las deudas contraídas por generaciones anteriores y a lidiar con sus decisiones. De pronto se llegó a pensar que el mundo infinito alcahueteaba nuestros caprichos y limpiaba nuestro desorden. Que se disponía de una cantidad ilimitada de recursos y que el ciclo de agua iba a ser eterno. Por años se ha medido la riqueza con el PIB y ejercemos nuestra libertad escogiendo entre dos marcas de gaseosas, encerrados entre rejas, alarmas, ventanas cerradas y seguros puestos. Es evidente que estas reglas de juego están equivocadas, los pequeños beneficios personales que otorga la falta de solidaridad nos está cobrando la factura, y aun cuando el PIB de Costa Rica se ha multiplicado varias veces en las últimas décadas, ¿usted pensaría que la sociedad es varias veces más feliz? ¿más saludable? ¿más segura? ¿“mejor”?...
El desastre ecológico no respeta fronteras ni tapias altas, las drogas y la violencia tampoco. Ernesto Sabato dice que los niños de la calle son hijos de la sociedad, y tenemos muchos. Cada vez que sufrimos una tragedia nacional que pudo haber sido evitada, la culpa recae en todos por haberla permitido. Vivimos interrelacionados, todos dependemos del otro aunque no lo queramos ver, aunque pretendamos que no, y es por ello que tenemos que cambiar la forma en cómo ejercemos nuestro deber personal con la sociedad. Buscar el corto plazo y el bien meramente personal no está resolviendo el problema, tenemos que buscar otra manera.
¿Quiénes? Por mi trabajo a menudo comparto con personas de organizaciones sin fines de lucro, empresas responsables y ciudadanos conscientes, en su mayoría todos jóvenes. Indudablemente, somos los capaces de lograr un mejor mañana, si no somos nosotros, ¿quién? Cuando nos demos cuenta que somos responsables de nuestro destino empezaremos a cambiar nuestras acciones. Todo empieza con el propio cambio de mentalidad, un cambio a una que nos recuerde que nuestras decisiones tienen consecuencias: acciones como sobornar o robar no pasan inadvertidas, pero tampoco donar o servir – y sobornar, robar, donar y servir tienen significados amplios. Una que nos recuerde que la sociedad somos todos, aun cuando nos gusta culpar a políticos y extraños; y que somos realmente responsables de nosotros mismos - de gota en gota el mar se llena.
Las cosas no simplemente son, si no que se hacen, se construyen o se dejan pasar. Si las cosas simplemente fueran la esclavitud seguiría vigente y las mujeres no votarían. Lo más fácil es conformarse a que la sociedad sea lo que es, pero, ¿alguna vez conformarse ha traído cosas mejores? ¿No es momento de buscar algo mejor? No será un nuevo gobierno ni leyes más duras lo que terminará con los problemas, sino un compromiso social que ahora tenemos la oportunidad de construir y concretar.
Consecuencias. Recuerdo los veranos que de niño me parecían eternos, el canto disonante de una bandada de pericos que oscurecían el cielo. Recuerdo la fiesta omnipresente cuando Cayasso anotó el primer gol, y cuando mi padre me subió en hombros para escuchar a Calderón hacer promesas en una plaza pública.
Alrededor de ese parque ya no hay pericos, ni siquiera árboles; y Calderón, por recursos legales, no está en la cárcel.
Las cosas no simplemente son, si no que se hacen, se construyen o se dejan pasar. Todas las acciones tienen consecuencias, lo mismo que no hacer nada. Las cosas van a seguir cambiando, eso es un hecho, lo que no está definido aun es hacia donde cambiarán, eso depende de nosotros. Podemos aprovechar la oportunidad que tenemos y hacer la diferencia, o excusarnos cómodamente con que “así son las cosas”, y pasarle el churuco a los próximos. Pero por las organizaciones con las que he trabajado, y las personas que he conocido, me niego a pensar que nosotros no podamos hacer un cambio significativo como el que ya se hizo en los años 40. Ahora nos toca a nosotros.
Alonso Muñoz Solís
Noviembre, 2010
Alonso Muñoz Solís
Noviembre, 2010
Muy bueno y estoy totalemnte de acuerdo. Creo que las nuevas generaciones tienen que tomar la batuta y no solamente verla pasar. Lastimosamente no se asoman en el horizonte ni ideas, ni líderes.
ResponderEliminarExcelente reflexión, no se trata de aceptar cambios sino de hacer nosotros mismos el cambio..
ResponderEliminarEn el constructo social donde nos encontramos, en donde el (y perdón por la expresión) "valeverguismo" predomina la mentalidad de los ticos, en donde la manipulación de la información y la falta de conciencia social se observan a diario costaría pensar que se puede dar un cambio.
ResponderEliminarSin embargo, yo me niego a pensar que nuestra generación esta cegada por ese sistema (ineficiente, abrumador y arrollador) y por ese pensamiento y es en el día a día que uno se da cuenta que existen muchas personas que trabajan como hormigas, que son constantes y tienen metas definidas, siendo el común denominador la lucha por mejorar, por ver a este país salir adelante y romper un ciclo en donde se vio envuelto y no sirve más.
La semana pasada, y con la decisión de los jueces acerca de Crucitas, pudimos comprobar que los movimientos sociales si generan cambio, si generan conciencia y denuncian ilegalidades y es de ahí cada uno de nosotros que siente que como país debemos cambiar puede “agarrar” fuerzas y actuar!!!
Muchas graciar por el articulo, me hizo reflexionar y sacó ese sentimiento de aportar algo a la sociedad que tenía medio guardado!!
ResponderEliminarGracias :)
Muy bueno su comentario. En total y absoluto acuerdo.
ResponderEliminarAlonso, simplemente acertada su reflexión y excelente que haya decidido compartirla. Es esperanzador ver que somos varios los que aún tenemos el pensar de que podemos con nuestro granito de arena colaborar con la mejora de la sociedad y que sabemos que la respuesta NO es hacer NADA. Y ante todo lo malo, todo lo que nos angustia, todas las decepciones es refrescante motivarnos a nosotros mismos a no darnos por vencidos porque quienes tenemos el poder somos nosotros y es ahora. Muchas gracias por recordarnos que no estamos solos :)y que aun existimos personas en estas nuevas generaciones que amamos a nuestro país y queremos ayudar en nuestra sociedad.
ResponderEliminarEn lo personal me parece que cada vez somos más los interesados en un cambio, no se trata de un líder, se trata de muchos trabajando en unión. Y lo mejor de todo es que todos tenemos el potencial de realizar un cambio, con acciones tan sencillas como difundir información, conocimiento e ideas.
ResponderEliminarAlbert Einstein dijo: "El mundo no esta en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad"
ResponderEliminarLevantémonos y seamos agentes de cambio, sin desmayo pero sin prisa, para no cometer los mismos errores del pasado.
El compromiso personal es el único medio real de cambio general.